14 de agosto de 2014
Usan láser y nanotubos de carbono para examinar vasos sanguíneos del cerebro
Una nueva técnica relativamente no invasiva desarrollada por neurocientíficos de Stanford y el Hospital General de Massachusetts, utiliza un láser y los nanotubos de carbono fluorescentes para examinar diminutos vasos sanguíneos en el cerebro.
En los ratones, la técnica se puede utilizar para visualizar la sangre incluso en los vasos sanguíneos más pequeños con sólo micras de diámetro. Enfermedades tales como derrames cerebrales, migrañas y el Alzheimer afectan el flujo sanguíneo en el cerebro.
Las técnicas actuales para el seguimiento de flujo de la sangre son o más bien invasivas (abriendo un agujero en el cráneo, por ejemplo) o de resolución baja (tomografía computarizada, imágenes de resonancia magnética).
El equipo inyectó ratones con nanotubos de carbono. Y con un láser de infrarrojo iluminando los nanotubos fluorescentes, pudieron rastrear sangre corriendo a través del cerebro.
Esos nanotubos han sido diseñados especialmente para exhibir fluorescencia a longitudes de onda largas que pueden penetrar a través del hueso intacto y el cuero cabelludo. Los ratones necesitaban un poco de un afeitado, pero sus cabezas quedaban ilesas.
La desventaja es, por supuesto, que el láser no penetra aún profundo, sólo unos tres milímetros, lo que hace crear imágenes de cerebros más grandes como los de los seres humanos bastante más difícil.
Por ahora, se trata de una nueva manera diferente de ver cómo funcionan el cerebro de ratón, tanto cuando está funcionando normalmente, como cuando tienen una versión de ratón de la enfermedad de Alzheimer o un accidente cerebrovascular.
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