El desorden, y en general cualquier entorno impredecible, constituyen un serio reto para los robots. Un nuevo software está ayudándoles a superarlo.
El software no solo ha ayudado ya a un robot a lidiar de forma eficiente con el desorden doméstico, sino que también ha revelado la inesperada y sorprendente creatividad de la que puede hacer gala un robot equipado con el software a la hora de lidiar con esta clase de problemas.
Así lo ha comprobado el equipo de Siddhartha Srinivasa, profesor de robótica en la Universidad Carnegie Mellon, Estados Unidos, que estudia la conducta del robot HERB. Este posee dos brazos y su muñeca disfruta de una libertad de movimientos de 270 grados. Esto propició el comportamiento que Srinivasa y sus colaboradores no se esperaban.
Este consistió en coger un objeto de un modo eficiente y basado en esa movilidad extra de la muñeca, un modo que, y esto es lo llamativo, nadie le había enseñado al robot. Ello resulta pues una demostración de que un buen software puede dotar a un robot de la capacidad de aprender cosas por su cuenta.
En ocasiones, estamos demasiado apegados a nuestro antropomorfismo y no asumimos que para un robot con capacidades mecánicas más amplias que las del cuerpo humano puede haber opciones mejores que las permitidas por la anatomía humana para sostener y manipular objetos.
El nuevo software desarrollado en la Universidad Carnegie Mellon ayuda a robots móviles a lidiar de forma eficiente con el desorden, tanto si este se encuentra dentro de una nevera en una vivienda como si presenta la forma de paraje abrupto en la superficie de la Luna.
Además de en HERB, el software se probó en el robot KRex de la NASA, que está siendo diseñado para deambular por la superficie lunar. Mientras que el HERB se centró en el desorden típico de un hogar, KRex usó el software para encontrar vías transitables a través de un paraje lleno de obstáculos y empujando al mismo tiempo un objeto.
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