Estos biobots están impulsados por células musculares vivientes que han sido modificadas genéticamente para responder a la luz, proporcionando a los investigadores un control sobre el movimiento de los robots, un paso clave hacia su uso en aplicaciones para la salud, la detección y el medio ambiente.
El equipo de Rashid Bashir, de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, ya había demostrado previamente biobots, aunque activados con un campo eléctrico. La electricidad puede ocasionar efectos secundarios negativos a un entorno biológico y no permite la estimulación selectiva de regiones distintas de músculo para así dirigir el biobot. La nueva técnica de estimulación por luz es menos invasiva y permite a los investigadores guiar a los biobots hacia direcciones diferentes. Estos giran y avanzan hacia el estímulo lumínico.
Los investigadores comienzan haciendo crecer anillos de tejido muscular de una línea celular de ratón. Estas células musculares tienen un gen añadido de manera que una determinada longitud de onda de la luz azul estimula el músculo para que se contraiga. Esta técnica de estimulación es una aplicación de lo que se conoce como optogenética. A los anillos se les coloca alrededor de ciertos puntos en troncos flexibles que han sido impresos en 3D, y que van de 7 milímetros a 2 centímetros de longitud.
Además de su diseño modular, los delgados anillos de músculo tienen la ventaja de permitir que la luz y los nutrientes se difundan hacia el interior del tejido desde todos los lados. Esto contrasta con diseños anteriores de biobots, que utilizaban una gruesa tira de tejido muscular, la cual se hacía crecer alrededor del esqueleto.
Fuente: ACÁ
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